dimarts, 28 de juny del 2011

Otro uso de la red social: un escritor pide ideas a sus futuros lectores

Brian Stelter
Brian steller va a escribir un libro sobre los programas matinales de la TV en Estados Unidos. ha enviado tweets y ha montado una pequeña web pregutando a sus futuros lectores, que es lo que quieren saber sobre estos programas:

The Top Of The Morning

I'm writing a book about morning TV.
Tentatively titled "The Top Of The Morning," it's going to be about "Today," "Good Morning America" and the other morning shows that collectively set the nation's breakfast table every day.
The publisher, Grand Central, described it thusly to Publishers Weekly: "A candid look at the surreal lives of the surrogate families that we invite into our homes each morning -- and why the shows matter so much to the fragmenting television business."
What do you want to know about the morning TV wars?

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Las editoriales cobrarán por gestionar los perfiles 2.0 de sus escritores | aviondepapel.tv

| aviondepapel.tv
las editoriales están profesionalizando la identidad 2.0 de sus escritores, una labor que los expertos anuncian que, muy pronto, los autores deberán pagar al editor que hasta hoy sufraga esos servicios de community manager.
Un buen ejemplo. Los 9.700 fans de Ken Follett de su Facebook en inglés conversan con el creador de Los pilares de la Tierra. Follett les cuenta en su Muro que tocará el bajo como artista invitado -una de las pasiones del esc
kenfollett_foto_de_lostiumproject
ritor- en un concierto. “A 13 personas le gusta esto”, rezaba el listado de comentarios"
Sin embargo, en España, su legión de fans es más numerosa. Supera los 51.000 amigos. Es el resultado del trabajo online de su secretario en Facebook.
Dicho de una manera menos peyorativa, es la gestión eficaz y profesional de un equipo de communitymanagers que trabaja en la estrategia 2.0 del grupo que edita las novelas de Follett en España.
“Al autor con presencia en Facebook, lo asesoramos profesionalmente. Si el escritor carece de ella, se la creamos y le enseñamos a usarla adecuadamente. En caso de que renuncie a la gestión, entramos comocommunity managers”, explica Christian Verdú, community manager de Random House Mondadori (RHM).

“Lo importante es que cada página tenga la voz del autor y se adapte al público de Facebook, que demanda conversación, comentarios y contenidos virales”, añade Verdú.
Los gestores de redes sociales de RHM no sólo amenizan el perfil de Ken Follett, sino que también actúan en Facebook en nombre de Stephen King, por ejemplo, o de escritores superventas españoles como Julia Navarro o Idelfonso Falcones.
Así, las grandes editoriales apuestan por la conversación 2.0, pero bajo la premisa de la rentabilidad. Son los escritores superventas los que más ingresos prometen y, por ello, hacia los que más inversiones en redes sociales se destinan.
“Otros autores como Paloma Bravo (La novia de papá) o Joseph Gelinek (Morir a los 27), usan personalmente su Facebook para crear red, debate o concursos que premian la fidelidad de sus fans”, aseguran desde RHM.
Mientras los community manager complementan la promoción de libros y autores, los expertos avisan de que, tarde o temprano, las editoriales cobrarán por dichos servicios aún gratuitos para el escritor.
“Dentro de muy poco, las editoriales tendrán que rentabilizar la gestión de las redes sociales del autor y no sólo con ventas de libros. Bastante tiene con su obra para también alimentar su Facebook. El escritor tendrá que subcontratar esa identidad 2.0”, afirma Javier Celaya, cofundador del grupo Dosdoce.com.
“No es descabellado pensar que las editoriales negociarán con los autores este gasto. Si el escritor cobra el 10% del precio de venta del libro, quizás las editoriales les ofrezcan ser sus community managers a cambio de un 2% de este porcentaje”, pronostica Celaya.
Quizás a los lectores poco duchos en las redes sociales les sorprenda que su autor favorito no es el que le está contestando en Facebook, pero lo cierto es que muchos seguidores saben que no es más que un avatar. Lo importante, dicen las fuentes consultadas, es que tengan una comunidad virtual en la que reunirse.
Aunque no estaría de más que existiera cierta transparencia al respecto. Los lectores deberían saber si es el propio autor o es un responsable de comunidad quien gestiona su perfil social.