Los ajenos a este mundillo se habrán sentido a la vez confundidos e intrigados: ¿Qué es la blogosfera sanitaria? ¿Existe? ¿Un congreso presencial para una comunidad virtual?
El 17 y 18 de Junio se celebrará en Madrid el Internet y Salud: II Congreso de la Blogosfera Sanitaria, organizado por la Fundación Gaspar Casal y tres blogueros independientes. Los ajenos a este mundillo se habrán sentido a la vez confundidos e intrigados: ¿Qué es la blogosfera sanitaria? ¿Existe? ¿Un congreso presencial para una comunidad virtual?
Un fenómeno contracorriente.
La explosión blogosférica a nivel mundial ocurrió entre los años 2003 y 2006. El número de blogs se duplicaba cada pocos meses. Crecían y se diversificaban los temas y formatos, al tiempo que aumentaba su poder de influencia. El fenómeno adquirió tal proporción que muchos autores atisbaban que se estaba instituyendo una variante incipiente de poder. Sin embargo, poco a poco se fue viendo que en parte se trataba de una nueva burbuja. De hecho, de la euforia se pasó en breve al fatalismo ("la blogosfera ha muerto"). Pero lejos de decrecer, el conjunto universal de bitácoras se ha ido sirviendo de nuevas incorporaciones tecnológicas de la era 2.0 para seguir compartiendo y contando cosas.
Mientras esto pasaba en el mundo, en nuestro país, como siempre, nos incorporamos tarde a la corriente, y más aún en el mundo sanitario. Pocos blogs, desperdigados, inconexos y un tanto inestables fueron dando paso a otros más potentes y cada vez más interrelacionados entre sí. El número de lectores, seguidores y comentaristas fue también creciendo y ésto comenzó a atraer la curiosidad de compañías e instituciones. Pronto surgió la primera gran plataforma médica bloggera (medicablog), a la que se fueron sumando otras (Proyecto NETS de la Fundación Gaspar Casal), al tiempo que el número de bloggers independientes seguía aumentando y con ello su difusión. Quizá el primer intento serio de inventariar nuestra existencia y de categorizar el fenómeno vino de la mano del acuñamiento del término de "blogosfera sanitaria" por parte de e-RAS. Ahora el fenómeno está desbordado: cada semana aparecen nuevos blogs, de temáticas cada vez más especializadas, con una marcada tendencia a agruparse en áreas de afinidad (estudiantes, médicos de familia, enfermeras, documentalistas, etc.). Según la recopilación reciente de Aitor Guitarte (Somos Medicina) somos casi 300 los blogs sanitarios en nuestro país. Ahora bien, ¿existe la blogosfera sanitaria como comunidad global?
Lugares comunes y retos.
Podríamos identificar algunas características comunes en los componentes de la blogosfera sanitaria. Sin embargo, quizá no sean ni tan determinantes ni tan comunes ni tan generalizables a todos los bloggers como para considerar que existe como tal una única blogosfera sanitaria.
La explosión blogosférica a nivel mundial ocurrió entre los años 2003 y 2006. El número de blogs se duplicaba cada pocos meses. Crecían y se diversificaban los temas y formatos, al tiempo que aumentaba su poder de influencia. El fenómeno adquirió tal proporción que muchos autores atisbaban que se estaba instituyendo una variante incipiente de poder. Sin embargo, poco a poco se fue viendo que en parte se trataba de una nueva burbuja. De hecho, de la euforia se pasó en breve al fatalismo ("la blogosfera ha muerto"). Pero lejos de decrecer, el conjunto universal de bitácoras se ha ido sirviendo de nuevas incorporaciones tecnológicas de la era 2.0 para seguir compartiendo y contando cosas.
Mientras esto pasaba en el mundo, en nuestro país, como siempre, nos incorporamos tarde a la corriente, y más aún en el mundo sanitario. Pocos blogs, desperdigados, inconexos y un tanto inestables fueron dando paso a otros más potentes y cada vez más interrelacionados entre sí. El número de lectores, seguidores y comentaristas fue también creciendo y ésto comenzó a atraer la curiosidad de compañías e instituciones. Pronto surgió la primera gran plataforma médica bloggera (medicablog), a la que se fueron sumando otras (Proyecto NETS de la Fundación Gaspar Casal), al tiempo que el número de bloggers independientes seguía aumentando y con ello su difusión. Quizá el primer intento serio de inventariar nuestra existencia y de categorizar el fenómeno vino de la mano del acuñamiento del término de "blogosfera sanitaria" por parte de e-RAS. Ahora el fenómeno está desbordado: cada semana aparecen nuevos blogs, de temáticas cada vez más especializadas, con una marcada tendencia a agruparse en áreas de afinidad (estudiantes, médicos de familia, enfermeras, documentalistas, etc.). Según la recopilación reciente de Aitor Guitarte (Somos Medicina) somos casi 300 los blogs sanitarios en nuestro país. Ahora bien, ¿existe la blogosfera sanitaria como comunidad global?
Lugares comunes y retos.
Podríamos identificar algunas características comunes en los componentes de la blogosfera sanitaria. Sin embargo, quizá no sean ni tan determinantes ni tan comunes ni tan generalizables a todos los bloggers como para considerar que existe como tal una única blogosfera sanitaria.
Aunque los temas y fines son variados, parece claro que todos buscamos ir más allá de la noticia, aportando detalles y análisis críticos a los problemas del día a día que acechan a la sanidad. Precisamente es la independencia en las formas y en los contenidos y el estar en contacto con el mundo real lo que hace que los discursos sean compartidos por cada día más profesionales, e incluso cada vez más por los ciudadanos. Sin embargo, no todos están de acuerdo con esta afirmación.
Pero la credibilidad no viene sola, sino de la mano de la responsabilidad y de la transparencia, aspectos en los que nos conviene profundizar. Conjugar adecuadamente ambos compromisos con la frescura y el vigor de los blogs es uno de los retos del futuro. Asímismo, otra asignatura pendiente es la difusión. Crear alianzas informales con los medios clásicos de comunicación y establecer vínculos o incluso verdaderas comunidades virtuales podrían aumentar nuestra visibilidad y nuestra potencial influencia.
El encuentro.
Cuando las cosas avanzan demasiado deprisa conviene detenerse un poco para ver qué está realmente ocurriendo. Es necesario analizar e investigar qué es éste fenómeno, para qué puede y no puede servir, por qué surge y cómo puede sobrevivir a la avalancha tecnológica. Y ha llegado el momento de hacerlo.
Sólo el tiempo nos dirá si la blogosfera sanitaria es producto de una moda pasajera o si ha venido para quedarse entre nosotros.
El encuentro.
Cuando las cosas avanzan demasiado deprisa conviene detenerse un poco para ver qué está realmente ocurriendo. Es necesario analizar e investigar qué es éste fenómeno, para qué puede y no puede servir, por qué surge y cómo puede sobrevivir a la avalancha tecnológica. Y ha llegado el momento de hacerlo.
Sólo el tiempo nos dirá si la blogosfera sanitaria es producto de una moda pasajera o si ha venido para quedarse entre nosotros.
Rafa Bravo, Enrique Gavilán, Fernando Comas y Nicolás Villar.
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